Trastorno de la Identidad Disociativo

"Un solo cuerpo, varias personas: el trastorno de la identidad disociativo".

El trastorno de la identidad disociativo, también conocido como trastorno de la personalidad múltiple, es uno de los trastornos mentales más graves y complejos. A causa de su complejidad hace que sea muy complicado de diagnosticar y puede llegar a confundirse. 

Este trastorno se caracteriza porque el individuo tiene uno o más identidades, que controlan el comportamiento del cuerpo de manera alternante. El individuo puede comportarse de manera muy diferente dependiendo de quién controle el cuerpo, y normalmente no se suele recordar la información de las identidades coexistentes.

Como se forma

Este trastorno forma parte de la psicopatología de base traumática y se suele iniciar en la infancia. Suele suceder por acontecimientos desestabilizadores y que el niño se siente sobrepasado a nivel emocional y a causa de eso su mente se divida, llamándolo disociación.

El 80% – 90% de las personas tienen un diagnóstico secundario de estrés postraumático y entre el 85% – 90% han sufrido abuso sexual.

La disociación es una manera de defender del trauma y al pasar el tiempo se convierte en una manera para poder manejar el estrés de cualquier situación.

El trauma que genera el niño no suele ser suficiente para desarrollar este trastorno, por eso también está la parte del apego, si el niño tiene a su figura de apego seguro, superará su situación de trauma, ya que aprenderá a controlar esos momentos y no tendrá tanto riesgo de fragmentación psicológica.

Pronostico

Este trastorno es tratable, es necesario tener un buen diagnóstico para poder tratarlo de manera correcta. Puede haber diferentes grados dependiendo del paciente, ya que muchos pacientes pueden llegar a la integración con sus contrapartes, otros pacientes continuarán teniendo conflictos con sus contrapartes, pero serían más estables. Mientras el individuo tenga la ayuda necesaria, siempre podrá mejorar.

Tratamiento

Las personas con este trastorno suelen recibir terapia de conservación o más conocida como psicoterapia, su objetivo terapéutico es poder ayudar al paciente con su funcionalidad global, su calidad de vida, su propia autonomía, sus relaciones interpersonales y que tengas su estabilización. Principalmente, la terapia que ellos reciben es para trabajar con el trauma y con las diferentes contrapartes que pueden llegar a tener, también se trabaja con la integración de la persona y su recuperación de sus funciones interpersonales. 

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